La vida en pareja es de una enorme complejidad y transcurre por diferentes facetas a lo largo del ciclo vital de vida.
Las causas más frecuentes de conflicto suelen ser: Problemas de comunicación, celos, infidelidad, educación de los hijos, relación con las respectivas familias extensas, adaptación a los diferentes momentos del ciclo vital, sensación de monotonía, arduas situaciones laborales, sociales, personales…
La finalidad de la terapia de pareja es ayudar a las dificultades por las que se pasa teniendo en cuenta las características y necesidades de cada miembro.
Si la pareja no puede continuar y deciden darla por finalizada, la separación o el divorcio también pueden ser motivos de terapia. En estos casos, la ruptura o divorcio se encaminará hacia el bienestar de sus miembros y los hijos. A gestionar la crisis personal, las dudas, inseguridades, tristezas, hacerse a la idea, superar las situaciones estresantes y asumir nuevos retos.

Problemas de comunicación

La comunicación es fundamental en el presente y futuro de la relación. Si la comunicación entre la pareja no es buena por prisas, estrés, cansancio, falta de intimidad, nuevas tecnologías… puede llevas al fracaso de la relación. La ayuda del psicólogo favorece el trabajo de equipo (pareja) y técnicas constructivas para favorecer la vida en común.

Crisis en la relación

Las parejas pasan por diversos problemas y puede llevar a una etapa conflictiva. La manera en que lo afronta y gestiona cada miembro no suele ser la misma, lo que lo puede agravar. Con la ayuda psicológica se consiguen desarrollar habilidades para fortalecer la pareja, si deciden seguir juntos. Si deciden separarse se les ayudará a superar la pérdida y la gestionar mejor las fases que se viven.

Problemas con los hijos.

Los hijos van desarrollándose y pasan por diferentes etapas difíciles de solucionar, muchas veces. En la infancia puede aparecer mal comportamiento, dificultades en la escuela o la relación con los compañeros. En la adolescencia no ser aceptado por el grupo de iguales o falta de comunicación. Todo esto, puede afectar a la pareja.

Relacionados con la sexualidad.

Las parejas pueden sufrir problemas interpersonales, como: trastorno del deseo sexual, trastorno del deseo sexual en la mujer y de erección en el hombre, trastorno orgásmico (masculino y femenino) y de eyaculación precoz, trastorno sexual por dolor o, trastorno sexual debido a enfermedad médica, inducido por sustancias o no especificado. También puede haber en la pareja, disfunciones sexuales que comprenden alteraciones del deseo, cambios psicofisiológicos en la respuesta sexual normal o parafilias.

Dificultades de convivencia

A lo largo de la relación las parejas pasan por diferentes etapas que pueden influir negativamente en la convivencia. Pueden aparecer, por ejemplo,  infidelidades, malos tratos, abuso sexual, etc. Éstas pueden ser más o menos traumáticas, por lo que la terapia se adaptará a cada circunstancia y pareja para favorecer a ambos integrantes.